-Buenos Aires, 2004-
A Fabio Di Tomaso se le esta cumpliendo el sueño del pibe. Después de golpear puertas durante ocho años, le dieron su primera oportunidad en televisión el año pasado, en Resistiré, donde interpretó a Javier, la pareja gay de Lupe (Sebastián Pajoni). Fue entonces cuando Adrián Suar reparó en él y, ni lerdo ni perezoso, lo llamó para hacer Padre Coraje. Ahora es Lautaro, el hijo enamoradizo del maldito Costa (Raúl Rizzo), y vive un triangulo amoroso con Nora (Mercedes Funes) y La Nena (Melina Petriella).
No es novedad que la ficción y la realidad están siempre muy mezcladas; y este caso confirma la regla, pues Fabio y Melina se enamoraron entre beso y caricia, y ahora están de novios.
“Nos estamos conociendo, pero es cierto, estamos juntos”, se ataja Fabio. Y enseguida vuelve a hablar de su personaje. “Laucha empezó siendo un Romeo, pero de a poco se va a ir mimetizando con los otros hombres de su casa: Costa, su padre, y Horacio, su hermano. Yo trato de ponerle algunas contradicciones, porque él es parte de esa familia tan terrible, mamó eso, y en algún momento se tiene que destapar”.
Estas dando tus primeros pasos en la actuación y te toco empezar interpretando a un gay en Resistiré. ¿Qué pensaste?
- Si elegís esta carera, tenés que dejar de lado ciertos prejuicios.
Yo estaba feliz por esa gran oportunidad, porque lo único que significaba para mí era trabajo; mi primer trabajo. Yo era de esos muchos chicos que pateaban las productoras y los canales dejando currículums. La venia peleando desde hace ocho años y mientras, trabajaba de lo que podía para mantenerme: fui colectivero de la línea 71, que va de Villa Adelina a Once, estuve en una carpintería, fui cuidador de plaza. Pero soñaba con ser actor. Hasta que en Telefé me dieron la oportunidad de hacer casting, y aquí estoy.
¿Y cómo llegaste a Padre Coraje?
- Me llamo Suar y confió en mí. Estoy feliz por estas oportunidades.
La novela empezó tímidamente con 14 puntos de rating y creció hasta los 22. ¿Por qué?
- Nosotros trabajamos siempre a full, y en todos los detalles. La historia empezó a crecer y ahora esta bárbara. Me encanta hacer una tira de época; al principio era rarísimo, todo un desafió. Por ejemplo, no sabia que hacer con el sombrero, y empecé a agarrarme de esa incomodidad y utilizarla a favor del personaje. La ropa te condiciona, te pone en otro lugar, los movimientos son más acotados. Con el texto pasa lo mismo: no podes improvisar, porque enseguida se te escapa la muletilla.
Lautaro parece ajeno a la perversidad de los Costa, ¿es así?
- Creo que él sabe como es su familia; no esta ajeno a lo que pasa, aunque elige andar otro camino. Pienso que en algún momento se va a involucrar, no sé si haciendo un trabajo sucio, pero sí ayudando a su padre. Eso lo supongo, no lo sé.
Vivís un triangulo amoroso que apasiona a los televidentes, ¿vas a poder quedarte con La Nena, o Norita te lo va a impedir?
- Creo que vamos a terminar juntos. Lautaro se enamoró de La Nena apenas la vio por primera vez. Pienso que vamos a seguir sorteando dificultades, pero La Nena es el amor de su vida y no hay oposiciones que valgan.
Y jugando escenas de amor con Melina Petriella, te enamoraste de ella.
- Algo así. Estamos conociéndonos, estamos bien. Melina es divina.
Ahora comparten trabajo y amor, ¿eso favorece la relación o juega en contra?
- Es raro, pero esta bueno. En el trabajo tratamos de trabajar y hacer las cosas lo mejor posible; nos tratamos como a cualquier otro compañero.
¿Qué te gusta de Melina?
- Todo. Pero por favor, no puedo habar de esto, me da mucha vergüenza. Cambiemos de tema.
Pero podemos decir que en Padre Coraje encontraste trabajo y amor.
- Exacto, nunca mejor dicho: hago lo que quiero y estoy con quien amo.
¿Es cierto que cuando eras adolescente le sacaste provecho a tu parecido con Mario Pergolini para enamorar a las mujeres?
- Fue muy gracioso, porque todo se fue dando sin querer. Me acuerdo de que Pergolini hacia La TV ataca, y yo usaba también el pelo largo. Iba al colegio y hasta los profesores me llamaban “Lini pergo”, como el personaje de Mario. Todos me decían: “Loco, sos igual a Pergolini”. Era gracioso, y llego un momento en que me preguntaban que parentesco tenia y yo empecé a decir que era el primo.
¿Lo conoces personalmente?
- No.
¿Y te ganaste chicas?
- No, simplemente era algo gracioso.
¿Y ahora te aprovechas de la fama para acercarte a las mujeres?
- No, me doy cuenta de que soy muy tímido y todavía no puedo disfrutar eso de que me reconozcan. Trato de responder a los saludos, pero es una sensación rara que alguien que no conoces te salude como si fueras un gran amigo.
¿Te dio curiosidad ver El Deseo? Porque es el mismo equipo de trabajo con el que hiciste Resistiré.
- Sí. Vi el primer capitulo y me pareció interesante. Pero ahora miro Padre Coraje, porque es donde trabajo.
¿Tenés otros proyectos?
- Volvimos a reencontrarnos con la banda de música; nos habíamos separado, y hace poco volvimos a ensayar juntos. Somos todos amigos y nos llamamos Pocketers. Yo soy el baterista. El 25 de junio tocamos en el teatro del Viejo Concejo de San Isidro. Vamos a ver que pasa al reencontrarnos con la gente otra vez. Y escribí un unipersonal que quise estrenar en el teatro La Huella; se llama Había una vez.
¿Qué pasaría si tuvieras que volver a ser colectivero?
- Seria terrible, pero no por el trabajo en si sino porque lo que quiero en la vida es actuar. Es terrible sentir que vas a llegar a los 30 años (tiene 27) y que no se te abrió ninguna puerta.
¿No podrías hacer otra cosa que no fuera actuar?
- No quería terminar atrás de un escritorio; y la otra que me quedaba era laburar en un kiosco o volver al colectivo, o iría cambiando de trabajo cada dos o tres meses. Me asustaba pensar que no iba a poder vivir de mi vocación pero, por suerte se me dio. Por otro lado, trato de relajarme y disfrutar lo que tengo.
¿Soñás con protagonizar, con ser un galán de telenovela?
- Lo que quiero es trabajar; bienvenido sea todo lo que signifique crecer, mas allá de que sea un protagónico o no. Pero mi sueño es hacer cine.